Intentó hacernos creer que podía volar como un pájaro y casi lo consigue. Finalmente resultó que si, que era un pájaro, pero un pájaro de cuidado.
Jarno Smeets, el supuesto ingeniero líder del proyecto “alas humanas” (human birdwings), era en realidad el artista holandés Floris Kaayk, que admitió el pasado día 22 en la televisión alemana que todo este tinglado había sido un hoax que tardó 8 meses en gestarse (casi un parto). ¿La excusa? La de siempre: un experimento social. Que manía con hacer experimentos tomándole el pelo a la gente.
Pero volvamos al principio. Este presunto ingeniero abrió un sitio web en el que fue exponiendo sus avances en la construcción de un dispositivo mecánico para poder volar como un pájaro. Ya el artilugio despertaba sospechas. Para controlarlo, el piloto agarraba un mando de la Wii con su nunchaku. El controlador de todo el dispositivo era un móvil con android, y la potencia del sistema venía de cuatro baterías de 5000 mA. Ahora que sabemos que es mentira nos reímos, pero Gizmodo se lo tragó.
El proyecto culminó hace unos días con el vuelo final. Es este:
Durante la última semana se han sucedido los análisis para desenmascarar este engaño (a mi no me ha dado tiempo). Uno de los primeros en hacerlo fue Mick, de metabunk.org. Mick encontró varios defectos, que hacían sospechar que se trata de un CGI. Por ejemplo, en el siguiente vídeo, si nos vamos al minuto 1:40 veremos que las alas tienen solo un parche negro cuadrado en la parte izquierda, pero no en la derecha. Un instante después, cuando se enlaza con el CGI, las alas tienen el parche en la derecha y la izquierda.
En otra toma se puede apreciar otro error más: el extremo del ala se encuentra por delante de la pierna de uno de los asistentes, pero sin embargo se ve la sombra del hombre proyectada sobre el ala como si estuviese bastante por delante de la misma.
Incluso Jamie Hyneman, el calvete de Mithbusters, analizó el proyecto llegando a la conclusión de que era un hoax.
Finalmente, tras su aparición en la televisión alemana, todo ha quedado claro. Hoy en día hay que tener cuidado al agacharse a coger el jabón, porque siempre hay algún bromista dispuesto a hacer una gracia. Lo mejor: no creerse nada que parezca raro.